Acabo de pasearme en pijama por la Ciudad vieja de Cáceres, es un tranquilo y soleado tour, sin atascos, ruido… ¡en dos «clics» me he plantado en Stonehenge!
¿Y qué tal por Mérida? Este enlace me lo mandó el Soñador de Guardia no hace mucho, junto con su musa de lluvia, gracias Paco.
Esto de llover me motiva,
saco de cada palabra un verso,
de cada verso una palabra,
de cada palabra y un verso una persona que adoro.
La lluvia tiene estas cosas,
Se dice que los mejores poemas se hacen
cuando el sol no quema y la lluvia arde.
El sonido de las gotas moja las ganas de comunicar.
En esa intima soledad que respiramos
y en vez de tomar tomamos,
alivio de corazones tristeza de tristeza,
de tomar una palabreza y transportarla a la vida
tan dibujada de vieja.
Los ojos se humedecen de alegría,
aunque algunos aseguren
que cuando las nubes no lloran
relucen.
La lluvia larga,
y en pendiente
es el mejor doctor para esta tierra paciente.
Impaciente antes las acometidas de sacarles algo mas que riqueza,
reparto el rico al pobre
si en su mano está ni lo que el produce,
si no lo que acumula las entrañas del planeta,
esquilmado de sus recursos, de inagotable entereza.
Migas de zumo de escarcha,
de solo ser amigo de la montaña,
que dispara el eco,
cuándo alguien lo reclama.
Sortilegio de druida
augures y profetas,
rebeldes de la lógica,
curando a presagios malditos,
lecciones de explicar lo que nadie ha escrito.
Uno puede escribir sin tinta,
sin leyes de vocabulario,
a decir verdad ya no lo dice el diccionario,
no puede estar delante de nuestros ojos lo que no vemos,
ni ver la luz de un relámpago,
cuyo sonido cosido al tiempo es el trueno,
mas necio es escuchar si no es necesario,
que ver lo que nos intenta vender el adversario.
Atte.-Paco Martín el soñador de guardia.