La tienda de mi barrio, un modelo a mantener.

Comprar en la tienda de mi barrio tiene mucho aliciente, y no solo por lo cercano, el horario más amplio…, Inma su dependienta además de ser una amiga es una mujer de su tiempo, innovadora, su pequeño comercio, un modelo a mantener. Mis hijos encuentran la última chuche que anuncian por TV, cualquier vecina sabe que si Inma no tiene algún producto, no tiene más que pedírselo, y ella lo encargará lo antes posible.

Incluso puedes encontrar productos «caseros» de vecinos que tienen huerto, con lo que te aseguras una excelente calidad. Es además el mejor centro de reunión, allí charlamos y bromeamos mientras esperamos nuestro turno, todos nos conocemos, cosa que no ocurre cuando voy a una gran superficie tipo Carrefour donde al final disminuye la calidad de los alimentos (en general de todo), estas empresas imponen sus intereses a la industria alimentaria, a los agricultores y a los consumidores.

Todo esto os lo cuento porque por lo visto ahora en el norte de Europa nos envidian nuestro modelo de comercio. Los grandes hipermercados fomentan el consumo de alimentos procesados frente a los frescos, que se sustituyen sustituyendo a los frescos, los alimentos locales por globales, con lo que alteran los hábitos de la zona que terminan perdiéndose.
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