Hace poco, «el PP ofrecía su voluntad de acuerdo para crear un pacto de Estado por la educación«. De más sabemos lo que la derecha española entiende por «pacto»: «imponer, unilateralmente, su visión sobre esta materia, amenazando con una nueva reforma». No parecen darse cuenta del «sin sentido» que es cambiar de sistema educativo según el gobierno de turno. Un poquito de por favor y mucha responsabilidad, es lo que hace falta…
Se ponen de plazo dos meses para presentar un texto con «contenidos concretos» pese a la multitud de temas pendientes.
La cultura democrática de nuestros políticos, es algo rara, tienden a anular los debates y tan solo se dedican al vil arte de la descalificación, eso impide la existencia y el respeto por la “cuestión de Estado” y que, en Europa es el pan nuestro de cada día.
Si nuestros políticos dejaran de hacer del “cortoplacismo” una profesión y, realmente fueran capaces de llegar a un acuerdo en educación a largo plazo…
Y ahora, una nueva reforma, de momento sólo planteada, pero que será una realidad, cuando hablan de pactos me tiemblan las canillas. «Reunión de pastores, oveja muerta» que dice el refranero.
¡Uuuufff…! si la Gaviota gana las próximas elecciones… Más cambios, privatizaciones, crucifijos, corrupción… Y así, reforma tras reforma, nuestros hijos se van quedando siempre atrás perdiendo capacidad de igualarse con otros jóvenes de Europa, donde la educación se entiende como un valor fundamental y no como un muñeco al que linchar según el color político.
Sí es cediendo a las tesis extremas del PP y de la Conferencia Episcopal, vamos bien arreglados… Mientras los Obispos y sus intereses religiosos y económicos marquen el ritmo del PP, no hay pacto posible. Y si lo hay, será porque el Gobierno se ha baje los pantalones.
Si falla la educación en un país, falla todo.