Natillas terroríficas…

Me disponía tan tranquila a preparar unas inofensivas natillas con unos inofensivos ingredientes: un litro de leche, cuatro cucharadas de azúcar, tres cucharadas de maizena (harina de maíz) y un palito de vainilla. Bien, hasta ahí todo normal, pero hay de ti si sometes esa mezcla a una vibración constante, observarás con horror que se comporta como un Alien de maizena vivo, agitando sus tentáculos de forma incontrolada… (Mira este vídeo)
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Investigando por ahí me entero por Fogonazos que este extraño comportamiento de mis natillas tiene una explicación: es un fluído no-newtoniano (no tiene un valor de viscosidad definido y constante), y lo que ni se me había pasado por la cabeza es darle un puñetazo a la mezcla (él debió asustarse más que yo), si la golpeas con fuerza se comporta con dureza, como pegarle a una pared (investigan usarla como chalecos antibalas) El mismo principio
que permitió hace unos días a Pablo Motos «caminar sobre las aguas».
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¿Serán las natillas producto de origen alienígena? Lo que me fascina del sencillo experimento de la maicena es lo que tiene de bofetada a las leyes de la realidad.
Todo lo no-newtoniano tiene algo de monstruoso y escalofriante, como si el engranaje perfecto de la Física se viniera abajo por un momento.
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