Se me hace AGUA el corazón.


Esta tarde hemos recogido por fin al niño saharaui, tiene cinco años, aunque parece no más de cuatro, está muy delgado. Se llama Mulay Halihenna Mohamed Salem.
A las seis de la tarde lo cogimos en brazos, venía dormido en el coche, en cuanto tuvimos sus papeles lo llevamos a casa. Lo metimos en la bañera y le sentó tan bien que se espabiló, lo primero que comió fue un melocotón, y ya no paró de comer, lo quería probar todo. Es increíble su carita… sorprendiendose por todo… Salimos al parque con las bicis porque en casa no se bajaba de una, antes de llegar a casa nos pidió (con gestos) un polo, quería compartirlo con nosotros, así que todos compartimos los polos…
Antes de acostarse pidió bañarse de nuevo, le encanta el agua y jugar con el teléfono de la ducha.
Me dio pena en la cena, bebía el agua a sorbitos pequeños, se guardaba el vaso entre las piernas, como si se lo fueran a quitar… Se comió tres sardinas asadas y una raja de sandía que era como dos veces su cara, hemos echo fotos y vídeos.
No sabe más de cuatro o cinco palabras en Español, pero se fija mucho en Javier, hace lo mismo que él.
Mañana iré a inscribirlo en mi cartilla de la S.S. y lo llevaré al pediatra, también le compraré algo de ropa.
Ha sido muy enocionante, un beso.

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